Cobertura sanitaria Universal (Sistema de Salud en México
- MI MEDICO FAMILIAR
- 17 mar 2017
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Reunión ministerial de la OMS y el Banco Mundial sobre cobertura sanitaria universal
18 y 19 de febrero de 2013, Sede de la OMS, Ginebra (Suiza)
Documento de antecedentes para la
Hacia la cobertura sanitaria universal: conceptos, enseñanzas extraídas y desafíos para las políticas públicas

La cobertura sanitaria universal (CSU) se define como una situación en la que todas las personas pueden acceder a los servicios de salud que necesitan, de la debida calidad, sin tener que pasar penurias financieras para pagarlos. La expresión engloba dos conceptos de cobertura relacionados entre sí. En el ámbito de la salud pública, este término encierra el principio de que todas las personas han de poder utilizar, en atención a sus necesidades, una serie de servicios de salud de calidad que incluyan una combinación apropiada de funciones de prevención, promoción, tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos. Los economistas de la salud, por su parte, lo emplean para describir si una población está protegida contra el riesgo de sufrir graves dificultades financieras por tener que pagar los servicios de atención sanitaria de su propio bolsillo, lo que se trata de lograr son progresos en la atención sanitaria (incluidos los medicamentos, los productos médicos, los trabajadores sanitarios, la infraestructura de salud y la información sanitaria); la proporción de los costos de esos servicios que se sufragan; y la proporción de la población a la que se da cobertura, por ende, se contribuye a mejorar o mantener el estado de salud, lo que a su vez permite a los adultos obtener ingresos y a los niños adquirir conocimientos, herramientas imprescindibles para escapar de la pobreza. Al mismo tiempo, la cobertura financiera impide que las personas se vean empujadas a la pobreza por tener que pagar los servicios de atención sanitaria por su propia cuenta.
En el aspecto político, las promesas hechas han subrayado el vínculo que existe entre la cobertura de servicios de salud esenciales y la protección contra los riesgos financieros, pero plasmar esas promesas en resultados concretos a nivel país no es tarea sencilla, no obstante en los últimos tiempos, se han logrado diversos avances. En los países en desarrollo ha aumentado la cobertura con servicios de salud asociados a los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Así, por ejemplo; la proporción de partos atendidos por personal de salud calificado aumentó en los países en desarrollo del 59% al 65% entre 2000 y 2010.

Sin embargo, queda mucho por hacer puesto que buena parte de los 1,4 millones de personas catalogadas como “de bajos recursos” que hay en el mundo siguen sin recibir los servicios de salud que necesitan. En muchos entornos persisten graves carencias de personal sanitario, y retener a los trabajadores de la salud o motivarlos para ofrecer una atención de calidad requiere inversiones adicionales, así como un entorno propicio que apueste por los incentivos. El elemento más importante para lograr esto posiblemente sea la interacción entre los ministerios de salud y los ministerios de finanzas, ya que ambos comparten el reto de obtener fondos suficientes y de utilizarlos de forma eficiente para atender la creciente demanda de servicios de salud por parte de la población.
Es importante denotar que cada país debe contar con una estrategia nacional de reforma sanitaria que esté expresamente orientada a superar los obstáculos que dificultan el progreso hacia la CSU y proponga un enfoque coherente para la alineación de los diferentes componentes del sistema.
No es necesario que los países sean pudientes para poder avanzar hacia la cobertura universal: la experiencia sugiere que el compromiso político es esencial, tanto a efectos de financiación como para garantizar un uso eficaz de los recursos.
La promesa de ofrecer servicios de salud eficientes y de alta calidad debe plasmarse en resultados concretos; una «plataforma» esencial para la cobertura universal es la garantía de una amplia cobertura geográfica: los sistemas de prestación de servicios de salud deben asegurar el acceso equitativo de la población a la atención sanitaria. El nivel de asistencia primaria – es decir, los servicios de mayor «proximidad con el usuario» – es prioritario dentro del fortalecimiento de los sistemas, lo que demuestra que se reconoce que también es importante mantener un justo equilibro entre los servicios centrados en las personas (por ejemplo, tratamientos y cuidados paliativos) y los centrados en las poblaciones (por ejemplo, intervenciones de prevención y promoción basadas en la población).

La cobertura universal de los servicios de salud necesarios, por su parte, engloba muchos componentes diferentes, entre ellos el acceso universal a productos sanitarios y medicamentos esenciales, la disponibilidad de un personal sanitario suficientemente motivado y adecuadamente distribuido integrado por una mezcla apropiada de profesionales y la existencia de sistemas de información capaces de proporcionar de forma oportuna los datos necesarios para la toma de decisiones. El compromiso político para con la CSU puede actuar de catalizador para nuevas inversiones y reformas de los sistemas de salud de vital importancia para garantizar la disponibilidad de los servicios pertinentes.
La OMS y el Banco Mundial han emprendido un trabajo en el que es de vital importancia entender, para poder medir los progresos que se vayan logrando y poder evaluar y ajustar las estrategias concretas de ejecución, al mismo tiempo, garantizar la rendición pública de cuentas en relación con los resultados alcanzados y el uso dado a los fondos públicos.
Referencias
1 OMS. Informe sobre la salud en el mundo 2010 - Financiación de los sistemas de salud: el camino hacia la cobertura universal. Ginebra, Organización Mundial de la Salud, 2010.
2 OMS. Resolución WHA58.33 de la Asamblea Mundial de la Salud sobre financiación sostenible de la salud, cobertura universal y seguro social de enfermedad. Ginebra: Organización Mundial de la Salud, 2005.
3 OMS. Constitución de la Organización Mundial de la Salud. Ginebra: Organización Mundial de la Salud, 1948.
4 Wagstaff A. Measuring financial protection in health. En: Smith P., Mossialos E., Papanicolas I., Leatherman S., editores. Performance measurement for health system improvement: experiences, challenges and prospects. Cambridge: Cambridge University Press. 2009, pp. 114–137
5 Moreno-Serra R, Smith PC. Does progress towards universal health coverage improve
population health? Lancet 2012; 380: 917–23.
6 Naciones Unidas. Objetivos de Desarrollo del Milenio – lnforme de 2012. Nueva York: Naciones Unidas, 2012.
7 Banco Mundial. Indicadores de Desarrollo Mundial http://data.worldbank.org/indicator?display=default (consultado el 29 de enero de 2013).
8 OCDE. Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo. París: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, 2005.
Sistema de Salud en México

México tiene alrededor de 106.6 millones de habitantes, se contempla que para el 2030 la población aumente hasta los 120.9 millones, la esperanza de vida es de 75.1 años, el descenso de la mortalidad de 4.9 por cada 1000 y una disminución de la fecundidad de 7 a 2.1 por mujer (2008). Estos factores han dado lugar al envejecimiento poblacional, porque asciende la taza de adultos mayores, mientras que la población de entre 0 a 5 años de edad desciende.
México tuvo un proceso de aumento en la urbanización, más del 70 % de la población es urbana y 35 % de la población vive en zonas metropolitanas. A mitad del siglo pasado, casi el 50 % de los decesos en el país de debían a infecciones comunes, problemas reproductivos y padecimientos asociados a la desnutrición, en la actualidad, estas enfermedades abarcan menos del 15 % de los decesos, mientras que padecimientos no transmisibles ganaron terreno con casi un 75 % de muertes en el país.
El sistema mexicano de salud tiene dos sectores; público y privado, dentro del sector público se encuentran instituciones como IMSS, ISSSTE, PEMEX, SEDENA, SEMAR, SSa, SESA, IMSS-PROSPERA y SPS. Por otro lado, el sector privado está conformado por compañías aseguradoras y prestadoras de servicios como consultorios, clínicas y hospitales privados.
De acuerdo al artículo 4° de la Constitución Política de México, la protección de la salud es un derecho de todos los mexicanos. En el país existen tres grupos de beneficiarios de las instituciones de salud pública:
Los trabajadores asalariados, los jubilados y sus familias.
Los auto-empleados, trabajadores del sector informal, desempleados y personas que se encuentran fuera del mercado de trabajo y sus familias.
La población con capacidad de pago.

En México hay 23 858 unidades de salud, sin considerar a los consultorios del sector privado; 4 354 son los hospitales y el resto unidades de atención ambulatoria, del total de hospitales, 1 182 son públicos y 3172 son privados. De todos los hospitales públicos, solo 718 atienden a la población sin seguridad social, y el resto de hospitales atienden a la población con seguridad social, se estima que el 86 % de los hospitales son generales y el resto son hospitales de especialidad.
Referencia
Gómez, D; Sesma, S; Becerril, V; Knaul, F, et al. (2011) Salud pública de México. Sistema de salud de México. 53 (2) pp: 220-233
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